Me encantan los árboles que crecen solos. Cuanto más árido sea el lugar más me gusta verlos. Me recuerdan a alguien que una vez me habló de las personas que están creciendo. Estábamos en la sierra (de Madrid), habíamos cogido caminos y los habíamos perdido, llegamos a unos neveros, qué frío hacía, todo pelado, y ahí en medio un arbolito solo se mantenía derecho contra el viento. «No hay nada más bonito que ver a una persona sola luchar«, me dijo. En ese momento no lo entendí, pero me quedé con la imagen. Ahora cada vez que puedo le copio la frase … porque es lo que más me gusta de mi trabajo.
La persona que lucha crece. Cuanto más sola está más tiene que luchar y cuanta más lucha más sólida crece. Cuando lo pasamos mal sentimos que estamos solos. Los que quieren ayudarnos nos dicen que nos apoyan, que están con nosotros, pero muchas veces no lo sentimos. Nos sentimos solos en medio de un descampado. Y ahí, en ese descampado es donde crecemos, tiernos por dentro y fuertes por fuera.
1 comentario
Angela · agosto 10, 2021 a las 12:30 pm
Enhorabuena por tu blog