Quería empezar mi testimonio dando las GRACIAS a Marta, porque gracias a ella y a sus compañeras, hoy os puedo decir que he cumplido uno de mis sueños; algo que me parecía imposible de lograr hace siete años cuando falleció mi Marido.

Mi sueño era RECORDAR SIN DOLOR.

Marta nos dijo que esa era la finalidad de nuestra terapia. Pues sí, lo he conseguido. Tengo que deciros que ahora recuerdo a mi Marido con una sonrisa. A veces voy paseando y me río sola, tengo tantos recuerdos bonitos que sólo me vienen a la mente los divertidos; los de su enfermedad no los recuerdo (falleció de un tumor cerebral con 54 años).

En aquellos momentos de mi duelo, lo único que deseaba era encontrar sosiego y tranquilidad en mi corazón, pero sólo sobrevivía, no pensaba en un futuro prometedor para mis 52 años. Al perder a mi marido, había perdido todos mis sueños y mis ilusiones, de repente no tenía proyectos.

Sí puedo decir que he tenido y tengo el mayor apoyo que pueda existir: el cariño y la comprensión de mi familia, mi Madre, mi Hermano, mi Cuñada y mi Sobrino. Ellos son el pilar más importante de mi vida, y gracias también a ellos hoy vuelvo a ser yo, la persona positiva que siempre he sido, vuelvo a tener ganas de VIVIR.

Cuando finalizó mi terapia, Marta me decía en una de sus frases: “estás desplegando velas…”

Me pareció una frase preciosa, ya que el mar es de las cosas que más me gusta en el mundo. En aquel momento no podía desplegarlas, sólo empezaba a desatarlas, la verdad. Ahora sí puedo decir que deseo DESPLEGAR VELAS.

Por primera vez en siete años, este verano me voy de vacaciones. Voy a hacer el Camino de Santiago. Tengo muchísima ilusión por lo que me gusta la naturaleza y por el significado que tiene para mí el Camino. Es un verdadero logro para mí haber aprendido a vivir sin mi Marido, y, poquito a poquito, volver a tener ilusiones y proyectos,…, y querer ser FELIZ.

Por muy imposible que parezca al principio, se puede conseguir. Cada uno tenemos un tiempo (yo especialmente soy muy lenta), lo que a los compañeros de grupo les parecía fácil, a mí me parecía imposible, y van pasando los días, los meses, y los años, y te das cuenta de que lo vas consiguiendo.

Ojalá encuentres en Marta la esperanza que yo encontré. Un abrazo enorme a todas las personas que estéis viviendo un duelo y leyendo mi Testimonio.

Testimonio de Raquel Ramos, como participante de un grupo de duelo para viudos y viudas.


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