Todos tenemos buena intención, hay poca gente «mala», pero lo cierto es que los buenos metemos la pata como los «malos»…

¿Qué pasa? Pues pasa que con la intención no basta.

Hace poco me he visto en medio de un conflicto que ha generado mucho dolor por varias partes. Y nadie tenia mala intención. Pero no se estaban entendiendo.

Los conflictos no surgen por falta de acuerdo, sobre todo surgen cuando faltan habilidades de comunicación y escucha por ambas partes. Se junta el hambre con las ganas de comer y la mezcla es explosiva.

Por fortuna, cuando todas las partes se quieren y se esfuerzan por acercar posturas, empiezan a escuchar y también a hacer autocrítica. Es importante la autocritica, ya que cuando reconoces tu error estas mas cerca de reconocer el error de otro y puedes cambiar su «mala intención» por su «error».

Por fin se abrazan. Y yo respiro aliviada.


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